viernes, 29 de agosto de 2008








11 de septiembre ayer y hoy


Editorial


En el Chile de hoy


Dos realidades se mueven por caminos paralelos pero absolutamente separados, por un lado esta el país de la macroeconomía, disputas electorales y “arreglines” financieros para repartirse las ganancias de negociados, estafas y robos a mano enguantada y rostro descubierto, mientras por el otro camino se mueve el pueblo; lidiando a diario con alzas y deudas impagables, escabulléndole el cuerpo a la cesantía, defendiendo a garrote y espada a sus hijos de las garras de las drogas. Dos mundos sin nada en común pero con un elemento de contacto, el primero requiere de la participación del segundo cada cierto tiempo para legitimar su posición y privilegios, para lavar su conciencia y despojarse de cualquier atisbo de remordimiento, nos obligan bajo amenaza y coerción a participar de su circo electoral, todos sabemos que da lo mismo por quien votemos. En el Chile de hoy nada ha cambiado y nada cambiará con una elección más o una elección menos, entonces nuestro llamado es aprovechar esta obligación para al menos putearles la madre, y gritarles en la cara que nos les creemos nada, que sabemos que son una tropa de zánganos chupasangre, hijos de puta y además traidores.


Este 11 de septiembre nuevamente escucharemos los mismos discursos de todos los años, las mismas lamentaciones y las mismas declaraciones de buenas intenciones, seguramente algunos caraduras seguirán culpando a Pinochet de todos los males que aquejan a nuestro país, como si ellos hubieran hecho algo por cambiar el régimen económico y político que somete a nuestro pueblo.


A 18 años del fin de la dictadura militar podría pensarse que la izquierda popular ya habría alcanzado la mayoría de edad y no seguiría llorando sobre la leche derramada, hace rato que pasó el tiempo de ponerse pantalones largos, asumir la profunda derrota que nos propinaron, dejar de culpar a otros y asumir las tareas de construcción que nos lleven por los caminos de la unidad necesaria para enfrentar juntos al capitalista explotador que día a día controla las vidas del pueblo. A más de 30 años del golpe militar, ya es tiempo que cada sector de la izquierda sea capaz de dejar de lamerse las heridas y se ponga de pie, mire a su lado y vea a todos los que pretenden luchar junto al pueblo en la senda de un proyecto democrático y popular.


Los sectores populares nada esperamos de los demagogos de siempre. Este septiembre reafirmamos nuestro compromiso con el pueblo y los mártires que han dado su vida en el largo camino de liberación de la patria.


Comprometemos nuestros esfuerzos en pos de la construcción del movimiento popular y la unidad de todos quienes verdaderamente anhelan un mejor destino para el país, sus hombres y mujeres.





La UNIDAD



1ª parte: Cual es el problema.

Después de casi veinte años desde que el plebiscito y las siguientes elecciones entregara el gobierno a la Concertación, la izquierda sigue siendo la gran derrotada. Y cuando decimos izquierda, queremos decir exactamente TODA. Desde el PC hasta los grupos más radicales tanto en ideología como en acción directa. Derrota, porque durante este tiempo no hemos sido capaces de cambiar en nada las cosas en nuestra sociedad, no somos capaces de proponer un programa mínimo que interprete los anhelos y esperanza de este pueblo, no tenemos iniciativa propia para intervenir en el período con una agenda propia (la Concertación y la Alianza sí la tienen).
Las organizaciones tanto políticas como de trabajo social después de la salida de los militares del gobierno, han tratado de realizar un trabajo político que en principio enfatizaba el distanciarse de lo tradicional (en política) buscaba nuevas formas de organización, de crear un nuevo discurso. En esta búsqueda se fue forjando la descalificación del otro, la desconfianza, la afirmación de la propia identidad por sobre la del otro, la atomización llevada al máximo, la desconfianza hacia las ideologías, la tergiversación de ellas, etc.
La mayoría de estas experiencias, no han podido desarrollarse más allá del ámbito y número que las vió nacer. Muchas han logrado permanecer, pero no crecer o crecer muy poco (es un período de 20 años). “en lo fundamental apuntaron a retomar la iniciativa estratégica, pero, lamentablemente sobre un escenario vacío de los principales antagonistas: la clase obrera y el pueblo”.

Por un lado, el PC no ha variado sustancialmente su estrategia ni su número, siempre medido por los resultados de su participación en las elecciones. Siempre se la ha jugado por la inserción en la institucionalidad, de “terminar con la exclusión” a través de negociaciones con la Concertación e incluso con RN. Pero no ha logrado aumentar su fuerza a través de otras estrategias, su discurso son las elecciones. Sus llamados a la unidad, siempre han tenido que ver con la formación de Movimientos (casi siempre los mismos aliados) para enfrentar una elección. Ni siquiera se le da continuidad después para mantener esa fuerza.
Otros partidos de relativa importancia como el PC(AP), tienen un discurso diferente en su estrategia, pero también pretenden participar del proceso electoral para acumular fuerza, aunque no es la única forma que desarrollan.
También para ellos la Unidad, es un tema incluído en su discurso, pero que en la realidad se limita a las elecciones. De hecho el año 2007, estuvieron presentes en la Coordinadora por un 1º de mayo alternativa, y nó así el año 2008.

Otras organizaciones más a la izquierda de estos partidos mencionados, por ejemplo el FPMR, no tiene una posición concreta frente a la unidad. Más preocupado por su desarrollo propio, este tema en estos momentos no los involucra. Su estrategia de crecimiento expresa una posición clasista, no participa de las elecciones. Está desarrollando un trabajo en lo social que se manifiesta en su presencia en lo sindical y estudiantil, principalmente.

El resto de organizaciones de izquierda, más pequeñas, a veces solo grupos de compañeros, con debilidad en lo orgánico y en lo ideológico y en sus capacidades para elaborar proyectos estratégicos de desarrollo y crecimiento, son los que muestran mayormente la necesidad de la Unidad. No estando de acuerdo con estos partidos ya “tradicionales” buscan nuevas formas de organización y de lucha, pero su capacidad no se los permite. Por eso más que nadie necesita de la Unidad. Sin embargo, esta necesidad muchas veces choca con problemas como la “ideología” no siempre clara, la defensa de la “autonomía” que no permite involucrarse con otros, la descalificación de los demás, etc.
Algunos de estos sectores, como los llamados Anarquistas, tienen claramente una posición de acción directa, como única forma de lucha, siendo en lo demás muy dispersos. Más aún, la autoproclamación de “anarquistas” es cuestionable en muchos de ellos, ya que este adjetivo muchas veces se reduce a la negación de la organización, y cómo sabemos no es posible reducir la ideología anarquista a tan simple forma.

La realidad hoy nos dice que esta dispersión esta gritando por la UNIDAD, después de ver que estos proyectos ensayados durante veinte años, no nos han hecho avanzar en un proyecto popular que recupere la protagonismo, que de esperanzas de un mañana mejor, que cumpliríamos los anhelos de un gran cambio en nuestra sociedad, que sea capaz de convocar a las mayorías.

El problema en este llamado, en este deseo, es a nuestro parecer generalizar el concepto de UNIDAD queremos. Todavía para algunas organizaciones, el llamado de Unidad es “vénganse con nosotros”, y eso naturalmente impide a la gran mayoria a responder al llamado. Para otros es una Coordinación de trabajos, en que se definen líneas coyunturales de trabajo, lo que puede significar problemas de representaciones, de pérdida de identidad, de la votación democrática que genera minorías.
A veces la Unidad en los hechos, se da solo en la acción directa, por parte de pequeños grupos, que actúan en la convocatoria masiva que otros hacen.

Es difícil convocar a la Unidad. Nos falta mucho. Lo único que sabemos es que es más que anhelo, es un deber de las organizaciones de izquierda, ante la impunidad con que actúan tanto los partidos de la Concertación como de la Alianza. Hacen y deshacen, sin que una verdadera alternativa se levante frente a ellos. De ahí nace la necesidad, de recuperar el terreno perdido tanto durante la dictadura como con la Concertación, de la necesidad de que alguien en forma responsable políticamente pueda presentar un programa que incluya las urgentes demandas de los sectores sociales más pobres de este país.

A nuestro juicio, son tantas las razones que nos separan legítimamente o nó, que creemos que el proceso será largo y que por eso debemos empezar por lo más esencial.
Lo primero, en esta etapa es identificar a nuestro enemigo común.

Ese enemigo no es el partido o la organización o colectivo que tiene formas diferentes de pensar, dentro de parámetros de izquierda.
No son nuestros enemigos quienes sostienen interpretaciones diferentes de una ideología (siempre dentro del marco clasista, progresista o revolucionario),
No son los que interpretan la historia un tanto diferentemente, o tienen una concepción de partido diferente.
No son los que utilizan formas de lucha con otros énfasis.

Nuestro enemigo, es aquel
Que es parte y sostenedor del sistema que domina la estructura social,
Son los partidos políticos de la Concertación y la Alianza que defienden los intereses de los grandes empresarios y de los dueños de este país, negando a las grandes mayorías de sus derechos: de niños, jóvenes, de estudiantes, mujeres y trabajadores de este país.
El dueño de las grandes empresas que roba y explota a los trabajadores, que se queda con las cotizaciones y nó impone, que ni siquiera paga el sueldo mínimo, que hace trabajar 10 o 12 horas, no respetando las 8hrs legales.
Los que discriminan a la mujer en el sueldo y en su calidad de madre.
Los corruptos que se roban la plata de todos los chilenos.
Los enemigos son los dueños de colegios que lucran con la educación y condenan a la ignorancia y la pobreza a los jóvenes.
Enemigos son los que crearon el Transantiago, donde los empresarios reciben ganancias y subsidios por un pésimo transporte y todavía piden más plata.
El enemigo es el dueño de fundo que paga sueldo miserables a las y los temporeros, y además los somete a contaminación con productos químicos que los enferma o mata.

Hay enemigos exteriores que muchas veces no reconocemos.
Son las grandes empresas extranjeras que se adueñan de nuestras riquezas, como el cobre por ejemplo, y del agua y de la electricidad. Los grandes Bancos.
Los grandes países como Estados Unidos y la Comunidad Europea, que nos imponen medidas económicas, políticas y militares ajenas a nuestras necesidades.

Allí esta el enemigo. No el que esta al lado nuestro. Esa es la gran diferencia que hay que hacer.
Hoy día tendríamos que aplicar ese famoso dicho “el enemigo de mi enemigo, es mi amigo”. En esta etapa de dispersión es necesario que todos actuemos de alguna forma juntos. En el camino tendremos tiempo para conversar, para discutir, ver nuestras diferencias, resolverlas. Pero tenemos que crearnos esas instancias donde sin perder nuestras identidades, nuestras propuestas propias, seamos capaces de actuar en conjunto, de respetarnos como distintos y lo que es más importante actuar juntos frente al enemigo.

Hagamos los esfuerzos “por superar esta derrota e iniciar nuevamente un proceso de reconstrucción orgánica, de rearme ideológico y de recomposición moral”.(Reinaldo Troncoso)


Ha llegado el circo!!!

Si hay que hablar de las herramientas del sistema para ejercer poder, fomentar la corrupción y falsear la realidad, hablemos de las elecciones, a propósito de las próximas municipales de octubre. Las elecciones constituyen la lucha por el poder entre la clase dirigente. El objetivo de los partidos políticos es ganar elecciones y para eso utilizan todas las artimañas posibles y manejan la ley a su conveniencia.
Estas municipales serán la radiografía del momento actual, para que ambos bloques políticos analicen sus condiciones con respecto a las presidenciales del próximo año. Desde el retorno de la democracia, la Concertación ha ganado todas las elecciones y por supuesto quiere mantener su dominación, la derecha en cambio, conciente de que no puede pasar más tiempo sin la posibilidad de perpetuarse en el poder, ahora con terno y corbata y ya no con tanquetas y fusiles, necesita sumar votos para poder competir en las presidenciales. Sin ir más lejos, en las elecciones municipales del 2004, la Concertación dobló a la derecha en alcaldes electos 203 contra 104. Sólo hay que ver algo de noticias para darse cuenta de que el camino esta difícil para la Concertación, cada vez mas deslegitimada y con una Presidencia débil en mantener a sus cachorros alineados. Ese es el juego político… disputarse cuotas de poder lo suficientemente importantes como para no desaparecer, y en ese juego la concerta y la derecha la llevan. Fueron ellos, políticos corruptos, los que hicieron la ley sobre transparencia, límite y control del gasto electoral (1993), los mismos que no tuvieron problemas en mantener la Constitución pinochetista después del retorno de la democracia, tal parece que se les había olvidado que la misma dictadura que les heredó la Constitución, los había dejado sin elecciones durante más de una década, “ellos” se juntaron y escribieron una ley para que el proceso eleccionario fuera más transparente para todos los ciudadanos. Ahora está en internet, aprovechando la tecnología, para que cualquiera pueda leerla, poco les importa que baste con mirarla para que nos demos cuenta de que nada de lo que ahí dice se cumple, es secreto a voces que TODOS los políticos utilizan recursos de proyectos gubernamentales, empresas estatales, sociedades empresariales fantasmas creadas solo para lavar dinero, para sus campañas, en resumen, recursos de todos nosotros, pero de vez en cuando aparece por TV algún escándalo de corrupción que corta las cabezas de unos pocos, todo para que siga la función. A pesar de que se den a la tarea de negar esas acusaciones descaradamente, mirando a las cámaras como si estuvieran mirando a los ojos de pobladores, trabajadores, dueñas de casa, a pesar de sus caras de políticos honestos… nadie les cree, todos podemos darnos cuenta cuando hablamos con nuestros vecinos o compañeros de trabajo, de que NADIE LES CREE, entonces la pregunta es ¿Hasta cuando seguimos dejando que monten las funciones del circo delante de nuestras narices? ¿Hasta cuando seguimos siendo cómplices de tanto montaje? Por que eso somos, todos cómplices, por que, como dicen: el que calla, otorga! El discurso de los políticos, independiente del partido, es que el voto es la forma legítima de participar en el sistema, es la forma de participación en “democracia”, de expresar nuestra opinión y elegir a quienes nos representen, como ciudadanos comunes, solo tenemos opinión mediante el voto y a través de él podemos favorecer o castigar a los candidatos, pero con esto lo único que hacemos es fomentar la continuidad de un sistema falsamente representativo.
Pero hay algunas cosas que, nosotros, como clase obrera explotada, no debemos olvidar, NO es democracia cuándo el sistema es utilizado sólo para llenarse los bolsillos de dinero mientras la mayoría de la población sigue viviendo marginada y empobrecida para el beneficio de la mayoría, NO es democracia cuándo los supuestos “mejores representantes” son empleados del imperialismo y entregan nuestros recursos a las empresas transnacionales. Los períodos eleccionarios solo influyen en nuestras vidas los meses antes y después del día en que las personas entran a las urnas, cuándo vemos las calles convertidas en escenario de propaganda y promesas, muros pintados que quedaran así hasta la próxima vez en que veamos a todos estos personajes concurriendo a cuánto acto político o social aparezca por nuestros barrios. El resto del tiempo, tenemos que resolver los problemas de nuestras vidas cotidianas como mejor podamos, porque todos estos señores y damas estarán muy ocupados disfrutando de su tajada de la torta. Nuestra participación se remite al día en que contribuimos a que esta élite política se sienta satisfecha por los millones invertidos y los augurios de un nuevo período en el poder, y digo élite porque política significa mucho más, política es todo lo que hacemos en la cotidiana para construir nuestro futuro, sabemos de economía porque solo nosotros debemos aprender como optimizar nuestros pocos recursos y administrar de la mejor forma lo poco que tenemos y ellos se dicen expertos, es fácil cuando a fin de mes no hay que estar preocupados de cómo pagar las cuentas. En todos esos momentos, nadie de “ellos” aparece, es decir, en la mayor parte de nuestras vidas. Y vemos como el PC se alinea con la Concertación bajo el absurdo argumento de terminar con la exclusión, históricamente a la Concertación no le ha importado el PC más que para restarle votos a la derecha y para mantener a esta supuesta “izquierda” bien mansa, pero eso no le importa al PC, con tal de asegurar un sillón bien cómodo, están dispuestos a hipotecar la voluntad del pueblo al que dicen defender. Por otro lado, vemos a la derecha enfurecerse cuando la oncertación comete algún error, pero ellos son de la misma calaña y al parecer hicieron la vista gorda sobre su participación en la dictadura, argumentando que los conflictos del pasado deben quedar atrás porque “le hacen mal al país”. En definitiva somos testigos silenciosos del negociado de este sistema “democrático”. El llamado entonces es a apelar a nuestra memoria histórica, si el 11 de septiembre del ’73 se terminó con las elecciones, este 11 deberíamos hacer lo mismo, deberíamos dejar de ser esos testigos silenciosos y alzar la voz en contra de este sistema, boicotear las elecciones de todas las formas posibles y salir a las calles a exigir los que nos corresponde. Sólo debemos leer la ley 19.884 y cada vez que veamos propaganda electoral en muros, calles, postes, parques, semáforos, quioscos, tendido eléctrico, romperla, arrancarla, porque ellos mismos escribieron en esa ley que eso está prohibido. Porque como dijo Allende: “… tenemos derecho a construir nuestro porvenir…”







Jamás imaginaría que mi infancia se habría acabado...


Nuevamente el calendario marcará el 11 de septiembre, fatídica fecha que muchos ahora asocian con el recién 11 de septiembre de 2001, el televisado y sufrido atentando a las torres gemelas. Pero esta el nuestro, el de los chilenos, el de hace 35 años al otro extremo del mundo. Casualmente y por primera vez y después de 32 años podré estar ese día en Chile. Junto a mi pequeño hijo, camino por lugares por donde yo caminé esos días ¿que siento? una mezcla de sentimientos: recuerdos, tristeza, rabia y esperanza. A medida que se acerca la fecha los recuerdos van en aumento. Hoy veo rostros políticos conocidos, claro, ahora practican una política que raya en lo farandulero, totalmente diferentes a los compañeros que yo veía como los tíos buenos de esa época. Bueno, esa es otra historia. ¿Dónde estaba yo? ¿Por qué mi maestra reía con lo que estaba pasando y me miraba? Fue una mañana fría, esa frialdad era diferente, anunciaba algo. Jamás imaginaría que mi infancia se habría acabado, que los días felices serían parte de la historia de este país y de muchos niños de la época. Tuve que madurar, hablar muy bajito, vivir sin el papá, un gran sentimiento de soledad. Era el comienzo de una larga noche que había llegado sin aviso para mí, pero eso sí, con la misma velocidad con que se derrumbaron las torres gemelas en Nueva York.
Roberto
Santiago de Chile septiembre 2008



"NO ERAMOS LIBRES, HASTA QUE LLEGO LA DEMOCRACIA Y CONTINUAMOS SIENDO ESCLAVOS DEL PODER"


ELECCIONES DE LA CUT

En estos días se realiza la elección de la nueva directiva de la Central Unitaria de Trabajadores. Considerada por el oficialismo como la organización representativa de los trabajadores del país, esta organización en realidad tiene poca credibilidad y su representación es altamente cuestionada por todos los sectores.
En términos reales representa a cerca de 700.000 trabajadores lo cual representa cerca del 10% de una fuerza laboral total de aproximadamente 7millones en el año 2008. De estos afiliados a la CUT la gran mayoría pertenecen al sector pasivo.
Las causas de este estado de la CUT tiene varias aristas.
Una de ellas, deriva de las leyes que regulan la actividad laboral
que datan del tiempo de la dictadura y también otras hechas por la Concertación, medidas que nunca han apuntado a fortalecer al movimiento sindical, sino al contrario lo han debilitado, hacen tremendamente difícil la formación de sindicatos.
Otra, es la impunidad con la que actúan los empresarios frente a los conflictos laborales. Ante cualquier manifestación de sindicalización, los dirigentes y todos los que los apoyan, son despedidos de inmediato, y la Dirección de Trabajo generalmente está del lado de los empresarios.
Sin embargo, por parte de la CUT también hay responsabilidad en su debilitamiento. En primer lugar, su afiliación a las internacionales del trabajo, ha comprometido en buena parte sus decisiones en cuanto a qué intereses defender, y naturalmente han afectado negativamente a los trabajadores. Han mantenido una constante conducta de sumisión frente al gobierno, debilitando cada vez más sus posiciones frente a los conflictos. La militancia de su dirigente principal Arturo Martínez, militante socialista, lo hace dependiente del gobierno y le impide tener la libertad para defender plenamente los derechos y aspiraciones de los trabajadores.
Aparte de la celebración del 1º de Mayo, las convocatorias a paros nacionales para presionar por algún problema, tiene escasa asistencia y apoyo, y sus dirigentes no se la juegan por ello.
Desde hace mucho tiempo, incluso desde las luchas contra la dictadura, ha abandonado el principio clasista que tenía en otros tiempos. Rol que no sólo es de representación de los interese reivindicativos legítimos de los trabajadores, sino entender y asumir que los trabajadores tienen que ir más allá en sus propuestas, tener conciencia política y actuar como sujetos de los procesos sociales que vive nuestra sociedad.

Las elecciones mismas, son ya una muestra del carácter que tiene esta organización. Un engorroso sistema de representatividad, que lo hace muy antidemocrático y en la cual los trabajadores afiliados poco tienen que decir. Al igual que las elecciones de municipios o congresales, los candidatos son nominados por partidos políticos, sin consulta a las bases de trabajadores.
Hoy, Matínez por tercera vez aspira a ser re.-electo en el cargo. Entre las tantas listas, el PC presenta su lista encabezada por Gajardo, dirigente nacional de los profesores y más atrás, María Rozas, encabeza la lista de la DC. O sea, de cambios nada, los mismos de siempre nominados por sus partidos para defender gobiernos u oposiciones, pero de los intereses de los trabajadores nada. Si nó, que respondan cuales han sido sus soluciones frente a los problemas más críticos, como las reformas laborales, la “flexibilidad” laboral aplicada de hecho por los empresarios, el derecho a la sindicalización, la organización de los temporeros, el pago de las cotizaciones en las AFP, la eliminación de diferentes escalas de sueldos en los mismos áreas de trabajo, en que quedó la eliminación de la sub-contratación y los despedidos durante el conflicto de los trabajadores de CODELCO, y así se podría seguir sumando problemas reales que jamás estos dirigentes han solucionado.
Por eso creemos que estas elecciones no tendrán ningún cambio en el desarrollo de la sindicalización, o el carácter clasista que antes fue uno de los principios de esta organización sindical
Por eso otras organizaciones se han planteado una organización sindical diferente, para empezar rescatando el carácter clasista, como CONFESIMA, el principio de independencia tanto del gobierno como de las internacionales del sindicalismo, para así poder representar sin dudas las aspiraciones reivindicativas de los trabajadores. Para así poder incluir sus demandas en una plataforma más integral entendiendo que los problemas no solo son reivindicativos sino definitivamente políticos y que deben dar la lucha en forma integrada, reivindicativa-social-política.

lunes, 25 de agosto de 2008

¡LIBERTAD PARA LOS CINCO CUBANOS PRESOS EN ESTADOS UNIDOS!

Desde hace diez años, cinco cubanos permanecen encarcelados en los Estados Unidos. Sobre ellos pesan extensas condenas, resultado de un juicio politizado, celebrado en la ciudad de Miami. Los Cinco ayudaban a monitorear planes terroristas organizados contra Cuba desde la Florida por grupos cubanos de ultraderecha. El Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas declaró arbitraria su detención, y un panel de tres jueces, encargado de examinar el caso por la Corte de Apelaciones de Atlanta, acordó por unanimidad declarar no válido el juicio e indicó revocar las sentencias dictadas en Miami. Con posterioridad, el pleno de la Corte , en votación dividida revocó esa decisión.


El 4 de junio de 2008 el propio Panel de tres jueces del Onceno Circuito de Apelaciones de Atlanta tomó la injusta decisión de ratificar los veredictos de culpabilidad de los Cinco y envió a resentenciar a tres de ellos en la misma corte de Miami que los condenó. El proceso de apelación se mantiene aun en curso.

Los Cinco han permanecido aislados en prisiones de máxima seguridad, bajo crueles condiciones de reclusión, en violación de sus derechos humanos y de las propias leyes estadounidenses. A dos de ellos se les ha privado del derecho a recibir visitas de sus esposas, incorporando un castigo adicional a sus injustas condenas.Sumamos nuestras voces a todas las que en el mundo reclaman el cese inmediato de esta enorme injusticia. Seguiremos denunciando esta injusticia hasta que la verdad se abra paso y estos hombres retornen a su país y a sus familias.


Firmas iniciales: Adolfo Pérez Esquivel, Argentina; Nadine Gordimer, Sudáfrica; Wole Soyinka, Nigeria; Zhores Alfiorov, Rusia; Noam Chomsky, EEUU; Danny Glover, EEUU; Ignacio Ramonet, España/Francia; Alice Walker, EEUU; Danielle Mitterand, Francia; Cindy Sheehan, EEUU; Oscar Niemeyer, Brasil; Eduardo Galeano, Uruguay; Manu Chao, Francia; Pablo González Casanova, México; Tariq Alí, Pakistán; Gianni Vattimo, Italia; Mario Benedetti, Uruguay; Alicia Alonso, Cuba; Frei Betto, Brasil; Armand Mattelart, Bélgica; Howard Zinn, EEUU; Fernando Pino Solanas, Argentina; Silvio Rodríguez, Cuba; Luis Eduardo Aute, España; Gianni Miná, Italia; W. J. T. Mitchell, EEUU; Thiago de Mello, Brasil; Mumia Abu-Jamal, EEUU; Ramsey Clark, EEUU; Istvan Meszaros, Hungría/Reino Unido; José Luis Sampedro, España; Jorge Sanjinés, Bolivia; Roberto Fernández Retamar, Cuba; Blanca Chancosa, Ecuador; Daniel Viglietti, Uruguay; Arturo Corcuera, Perú; Suzy Castor, Haití; Piero Gleijeses, Italia/EEUU; Hildebrando Pérez, Perú; Rafael Cancel Miranda, Puerto Rico; Miguel D 'Escoto, Nicaragua; Samuel Ruiz García, México; Juan Mari Bras, Puerto Rico; Miguel Bonasso, Argentina; Gonzalo Ituarte, México; Roy Brown, Puerto Rico; Atilio Borón, Argentina; Víctor Víctor, Rep. Dominicana; Stella Calloni, Argentina; Miguel Urbano, Portugal; James Cockcroft, EEUU; Maribel Permuy, España; Gustavo Iruegas, México; Jorge Enrique Adoum, Ecuador; Volodia Teitelboim, Chile; Emir Sader, Brasil; Luis Britto Garcia, Venezuela; Fernando Morais, Brasil; Belén Gopegui, España; Michel Collon, Bélgica; Cintio Vitier, Cuba; Noé Jitrik, Argentina; Lucius Walker Jr., EEUU; Eric Toussaint, Bélgica; Paolo Beneventi, Italia; Alfredo Guevara, Cuba; Joao Pedro Stedile, Brasil; Michael Lebowitz, Canadá; James Early, EEUU; Juan Formell, Cuba; Isaac Rosa Camacho, España; Manuel Cabieses Donoso, Chile; Fernando Rendón, Colombia; Humberto Solás, Cuba; Wim Dierckxsens, Costa Rica; Omara Portuondo, Cuba; Osvaldo Léon, Ecuador; Medea Benjamín, EEUU; Manuel Mendive, Cuba; Constantino Bértolo, España; Salim Lamrani, Francia; Gennaro Carotenuto, Italia; Carlo Frabetti, Italia/España; Keith Ellis, Jamaica/Canadá; Víctor Flores Olea, México; Aldo Díaz Lacayo, Nicaragua; Javier Corcuera, Perú; Rosa Meneses, Puerto Rico; Matías Bosch, Rep. Dominicana; Lasse Söderberg, Suecia; Raúl Zibechi, Uruguay; Harold Gramatges, Cuba; Luisa Valenzuela, Argentina; Nalu Faria, Brasil; Ángela García, Colombia; Abelardo Estorino, Cuba; Alicia Jrapko, EEUU; Alfredo Sosa Bravo, Cuba; Jorge Riechman, España; Michele Mattelart, Francia; Fernando Pérez, Cuba; John Saxe Fernández, México; Winston Orrillo, Perú; Roberto Fabelo, Cuba; Milagros Rivera, Puerto Rico; Héctor Díaz- Polanco, Rep. Dominicana/México; Catherine Legna, Francia; Adigio Benítez, Cuba; Eva Björklund, Suecia; Daysi Granados, Cuba; Fernando Butazzoni, Uruguay; Electo Silva, Cuba; Luis Zamora, Argentina; Marilia Guimarāes, Brasil; Álvaro Marín, Colombia; Ángel Augier, Cuba; Setsuko Ono, EEUU; Santiago Alba, España; Jean Marie Binoche, Francia; Fernando Buen Abad Domínguez, México; Desiderio Navarro, Cuba; Marta Bras Vilella, Puerto Rico; Pepe Viñoles, Uruguay/Suecia; Luis Carbonell, Cuba; Tununa Mercado, Argentina; Rubens Diniz, Brasil; Gabriel Jaime Franco, Colombia; Antón Arrufat, Cuba; Al Campbell, EEUU; Ramón Chao, España; Ana Esther Ceceña, México; Manuel Rodríguez, Puerto Rico; Víctor Ego Ducrot, Argentina; Ricardo Antunes, Brasil; Gloria Chavatal, Colombia; Carilda Oliver Labra, Cuba; Gloria la Riva, EEUU; Olga Lucas, España; Rosa Elena Gaspar de Alba, México; Guillermo de la Paz, Puerto Rico; Claudia Camba, Argentina; Marcelo Ernandez Macedo, Brasil; Marta Harnecker, Chile; Celina González, Cuba; Julián Malatesta, Colombia; César López, Cuba; Brian Becker, EEUU; Alicia Hermida, España; Julio Pomar, México; Carolina Virgüez, Brasil; Rafael Bernabe, Puerto Rico; Frank Fernández, Cuba; Célia Ravera, Brasil; Alcira Argumedo, Argentina; Ronaldo Carmona, Brasil; Carlos Torres, Chile/Canadá; Nicolás Suescún, Colombia; Fina García Marruz, Cuba; Ann Sparanese, EEUU; Javier Couso, España; Jesús Chediak, Brasil; Digna Guerra, Cuba; Néstor Kohan, Argentina; Imeldo Álvarez, Cuba; Rafael Quiroz, Colombia; Francisco de Oráa, Cuba; Jane Franklin, EEUU; Manuel Talens, España; Tata Güines, Cuba; José Enrique González Ruiz, México; María José Caramez, Brasil; Eduardo Dalter, Argentina; Ricardo Gebrim, Brasil; Antonio Vidal, Cuba; Zabier Hernández, Colombia; Graziella Pogolotti, Cuba; Berta Joubert-Ceci, EEUU; Higinio Polo, España; Pablo Kilberg, Argentina; Juan Valdés Montero, Cuba; Ayrton Centeno, Brasil; Irene Amador, Colombia/España; Jaime Sarusky, Cuba; Francisco Fernández Buey, España; Jaime Losada, España; Roberto Valera, Cuba; Jalusa Barcelos, Brasil; Carlos Pronzato, Brasil; Hernando Calvo Ospina, Colombia/Francia; Leonardo Acosta, Cuba; Ángeles Maestro, España; Terezinha Lameira, Brasil; Radamés Giró, Cuba; Carlos Medina, Argentina; Heloísa Fernandes, Brasil; Lisandro Otero, Cuba; Antonio Maira, España; Teresa Blanco, Cuba; Claudia Korol, Argentina; Lúcia Stumpf, Brasil; Miguel Barnet, Cuba; Montserrat Ponsa, España; Pablo Pacheco López, Cuba; Domingo Richter, Argentina; Julião Vieira, Brasil; Nancy Morejón, Cuba; Ana Ramos, España; Eduardo Wagner Ebendinger, Brasil; Esteban Llorach, Cuba; Hebernilda Isabel García, Argentina; Cecília Conde, Brasil; Pablo Armando Fernández, Cuba; Berta Riaza, España; Marcello Guimarães, Brasil; Luis Baeza, Argentina; Carmen Vargas, Brasil; Reinaldo González, Cuba; Miguel Anxo Fernán Vello, España; Eduardo Heras León, Cuba; Ana Tendler, Brasil; Mabel Albanese, Argentina; Ángel Guerra Cabrera, Cuba; Teodoro Buarque de Holanda, Brasil; Roberto Friol, Cuba; Manuel Lidón Medina, España; Marta Speroni, Argentina; Silvio Tendler, Brasil; Wander Geraldo da Silva, Brasil; Ambrosio Fornet, Cuba; Sérgio Saboya, Brasil; Silvano Humar, Argentina; Sérgio Mambert, Brasil; Ana María Muñoz Bachs, Cuba; Luciano Alzaga, Argentina; Julio García Espinosa, Cuba; Esther Contreras, España; Luciano Rezende, Brasil; José Steinsleger, Argentina/México; Vivaldo Franco, Brasil; Enrique Pineda Barnet, Cuba; Caíque Botkay, Brasil; Quim Capdevila, España; Eline Jonas, Brasil.