domingo, 29 de marzo de 2009

La Crisis, Chile, su política y la nuestra

“Si uno vincula las demandas económicas con las demandas societales en medio de un desastre económico mundial, uno lanza un poderoso torbellino. Es de un tipo que unas cuantas nacionalizaciones de algunos cuantos bancos en algunos cuantos países ricos no van a hacer nada para frenar”
Inmanuel Wallerstein

Nuestra humanidad está atravesando una de las coyunturas más importantes en los últimos 50 años, como ya algunos de los más lúcidos y serios intelectuales lo presagian (Ver: Guadeloupe: oscura clave de la crisis mundial. Immanuel Wallerstein). La importancia de la actual Crisis Global radica en que ella es el comienzo de una profunda transformación del Sistema Mundial en que hemos vivido en los últimos siglos. La trasformación de nuestra sociedad a pesar de esto, no se encuentra determinada. La suerte del ser humano aún no está echada, pues todo lo que hagamos o dejemos de hacer afectará a nuestro futuro, es decir, de todos nosotros dependerá si el cambio nos conduce al caos, la guerra sin fin y la desaparición de la especie humana o a un paulatino proceso de liberación humana y de justicia social: al Socialismo.

Este es el escenario en que se desarrollan los acontecimientos de nuestra política nacional, debemos visualizar siempre en esta perspectiva los acontecimientos de nuestro país. Sin embargo, más allá de los necesarios análisis teóricos que seamos capaces de realizar sobre la situación mundial, también es cierto que existen tareas inmediatas que debemos enfrentar como militantes o como sujetos conscientes. Situaciones que dicen relación con los padecimientos que debe enfrentar la gran mayoría de nuestro Pueblo. La lucha política debe estar en las condiciones de conjugar ambas dimensiones -lo local/global, corto plazo/largo plazo- debemos dar la pelea sistemáticamente en ambas. A pesar de todas las dificultades propias de las dinámicas sociales, en las etapas de crisis estructural se nos presentan períodos de tiempos adecuados para alcanzar la victoria en términos integrales.
Es hoy más que nunca que la contienda política deja entrever claramente el carácter ideológico de las acciones políticas, inclusive, si detenemos nuestra atención en el panorama electoral chileno. Las medidas tomadas por el gobierno para enfrentar esta enorme crisis, apuntan casi exclusivamente a obtener buenos resultados en términos electorales a fines del 2009. Más allá que el gabinete de Hacienda plagado de doctores en economía reconocieron tardíamente que la crisis mundial afectaría fuertemente a nuestro país. La Asistencia Social que el gobierno realiza a través del Plan de “Estímulo” Fiscal de 4.000 millones de dólares, está muy lejos de ser algún tipo de solución, estando más cercano a un paquete rimbombante pero de poca efectividad, al menos para el pueblo trabajador. Sabemos que el gobierno cuenta con fondos cercanos a los 28.000 millones de dólares que perfectamente podría utilizar si realmente le interesara dar con la solución al sufrimiento y la estrechez en que actualmente viven (y vivirán) los trabajadores. El estímulo del gobierno equivale al 2,8 del PIB. Esa cantidad contrasta con los de Japón, 8% del PIB, China, 6%, y EE.UU, un porcentaje aún más alto. Por otra parte, se reconoce el carácter ideológico de la clase política mafiosa (Derecha Concerta-sionista y Derecha Fascista) en una de las medidas de mayor magnitud, es decir, la corporativización de CODELCO, iniciativa impulsada y defendida por el señor Ministro de (su) Hacienda Andrés Velasco, otra vez, los apátridas de La Moneda y de calle Suecia están vendiendo a precio de huevo al Gran Capital la más importante empresa del Estado de Chile.
De todas formas los analistas de La Moneda saben perfectamente que las elecciones de diciembre próximo se decidirán en gran medida de acuerdo a como se perciba el accionar concreto del gobierno frente a la Crisis Global, en como ésta afecte a la vida cotidiana de los chilenos. Por lo cual, si tomamos en cuenta lo que el gobierno ha declarado hasta ahora (como el Plan de Estímulo Fiscal), la contención de la crisis no será suficiente y la Derecha Fascista –con Piraña a la cabeza- logrará mostrarse como alternativa de “cambio” sobre todo con la bandera de un empresario exitoso.
Frente a este panorama la unidad del Movimiento Social chileno y la madurez de las organizaciones revolucionarias, no se encuentran aún, en condiciones de construir un referente alternativo para nuestro Pueblo, y es aquí donde los revolucionarios debemos redoblar nuestros esfuerzos y ampliar en los más posible nuestra mirada y perspectiva. Pues los seres humanos que impedirán que el sistema que reemplace a este capitalismo agotado sea uno peor y más brutal, son los mismos individuos que hoy caminan por nuestras calles, que deberán hacerse conscientes y tomar partido a este lado de la barricada. A pesar de la derrota moral de nuestras organizaciones y de alienación a la que somos sometidos por las armas ideológicas del Capital, debemos confiar en la capacidad Humana de nuestra sociedad, en la capacidad de Amar y en la capacidad de los hombres de sentir preocupación por los demás y por el futuro. Nada esta perdido, la batalla por el Socialismo esta comenzando, y no existen posiciones neutrales, nuestras organizaciones deben ser las encargadas de animar cada vez con más fuerza a la Reflexión/Acción. Se debe hacer un esfuerzo extra entre los sectores de la militancia de izquierda en general, para lograr –con la ayuda del actual escenario- incorporar a los grandes sectores de la población que hasta ahora no han participado activamente en la Lucha de Clases. No se trata de evidenciar afanes vanguardistas, sino, porque más allá de nuestros propios errores y falencias como militantes y como organización, somos los únicos que podremos potenciar ese descontento “casual y espontáneo”, que seguirá creciendo en los próximos meses, somos los que alguna experiencia tenemos o hemos tenido en la protesta social y en la lucha organizada.
Por David

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