domingo, 8 de junio de 2008

EDITORIAL



Sin duda este ha sido y seguirá siendo un año marcado por lo electoral y sus vaivenes, como por ejemplo las peleas y reacomodos en los dos bloques partidarios hegemónicos. Tal vez en este mismo escenario debiéramos entender y analizar el desprendimiento y la rapidez de bolsillo del gobierno para enfrentar los destrozos habituales que nos depara la naturaleza en este largo e indócil territorio. Sin duda la izquierda ha sido incapaz hasta ahora de entender y utilizar estas debilidades del sistema en función de su propia alternativa de construcción.
En cada año electoral se nos viene a la memoria el gobierno popular de la UP y con mayor razón en este año del centenario del natalicio de Salvador Allende. Este año en particular a la luz de la conjunción de la coyuntura electoral con la desesperada situación económica que enfrenta día a día el pueblo y por ende las constantes movilizaciones de distintos sectores populares que se vienen dando cada ves con mayor frecuencia. Debiéramos estudiar y reflexionar sobre lo que significó en ese entonces y significan hoy las medidas propuestas y las llevadas a la práctica en el corto período de gobierno popular.
Hoy el pueblo es condenado a una precaria situación alimenticia producto de la incontenible inflación; el gobierno con una mano, se limita a decir que no puede controlar los factores internacionales que la provocan mientras que con la otra compra dólares a través del Banco Central para hacer subir su valor y asegurar las ganancias de los empresarios exportadores agregado un factor de alza a los combustibles que presionan al alza los precios de los productos de consumo básicos del pueblo como el pan y el arroz: ante un escenario similar hace treinta y cinco años el Presidente Allende decretó el congelamiento de precio de los productos de consumo básicos.
En otro ámbito, hoy el cobre alcanza valores nunca antes vistos producto del constante crecimiento de economías como la japonesa y la india, esas enormes ganancias hoy terminan en manos de compañías internacionales dueñas de los yacimientos y por otro lado el gobierno le entrega las ganancias de CODELCO a los bancos transnacionales como “medida de ahorro”, a este respecto el Presidente Allende cumpliendo con su programa nacionalizó la gran minería del cobre y con los recursos obtenidos aumentó el gasto fiscal cumpliendo con otras medidas de su programa cubriendo otras importantes necesidades del pueblo como el acceso a viviendas dignas, salud digna, aumento de la cobertura de la educación básica, educación técnica y universitaria gratuita para los trabajadores, etc.
Sin duda podríamos seguir comparando y enumerando las diferencias entre un gobierno verdaderamente socialista como el que encabezó el compañero Salvador Allende y los gobiernos de los socioslistos de Lagos y la inepta Bachelet, pero el espacio es limitado y nos parece mas importante llamar la atención sobre otro aspecto relevante a comparar de ambos períodos como es el de la actitud del pueblo mientras. Hoy nos dedicamos a dar pequeñas luchas reivindicativas, economicistas; divididos, aislados y muchas veces egoístas ( aunque legítimas). El compañero Allende pudo llevar adelante las medidas a favor del pueblo porque este se encontraba ampliamente movilizado, unido y conciente que se peleaba por darle dignidad a todo el pueblo y las generaciones futuras. Hoy no basta con exigir aumentos de sueldo, puesto esto no será nada ante la insaciable sed de ganancias y acumulación de los capitalistas. Hoy no basta con movilizar al pueblo para obtener pequeños beneficios en las próximas elecciones es necesario movilizar para unir en pos de un real cambio en el sistema económico, hoy no basta con recordar a Allende con fines nostálgicos y electorales es necesario rescatar su legado, su programa de gobierno como un programa posible y necesario.

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