lunes, 31 de marzo de 2008

En conmemoraración del Día Internacional de la Mujer



TEXTO LEIDO EN EL TRANSCURSO DE UNA ACTIVIDAD CULTURAL REALIZADA EN UNA POBLACIÓN DE LA ZONA PONIENTE DE SANTIAGO, EN CONMEMORACION DEL DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER.


Hoy, sábado 8 de Marzo, quisimos invitarlos a conmemorar un nuevo día internacional de la mujer.
Hoy, como hace casi cien años, hombres y mujeres que creen en la dignidad de todas las personas por igual, se reúnen para luchar por una sociedad distinta, justa y solidaria.
Y no quisimos pasar por alto esta oportunidad para decir que creemos firmemente en la legitimidad de luchar por la dignidad de las mujeres, al igual que por la dignidad de todo nuestro pueblo, que hoy, como hace más de cien años, sufre los abusos de quienes tienen el poder.
El origen de la conmemoración del Día internacional de la Mujer es un poco difícil de aclarar. Hay quienes plantean que desde una huelga en una fábrica textil en EE.UU el año 1908, en donde más de cien trabajadoras que ocupaban la fabrica en demanda por las terribles condiciones de trabajo, murieron al incendiarse el lugar, producto de la acción del dueño de la fábrica, es que se conmemora esta fecha y se considera como una jornada de lucha por los derechos de las mujeres.
Por otro lado, se plantea que el 8 de marzo del mismo año, también en EE.UU, ocurrió una manifestación organizada por las trabajadoras del sector textil en protesta por los bajos salarios, la jornada laboral de 12 horas y las terribles condiciones de trabajo, que fue reprimida brutalmente por la policía. 50 años después, en el aniversario de esa manifestación, se estableció el día internacional de la mujer.
Cualquiera que haya sido el origen, en ningún caso fue un acontecimiento aislado, porque se refiere a luchas por mejorar condiciones no solo de trabajo, sino que de vida INDIGNAS, y no solo se refiere a una fecha en particular, sino que a realidades que incluso hoy, 100 años después, podemos ver a nuestro alrededor, en nuestras madres, hermanas, hijas o vecinas.
Podemos ver como en el transcurso de nuestra historia, los derechos de las mujeres son pasados a llevar. El derecho a trabajar dignamente, a decidir sobre nuestra maternidad, a desarrollarnos profesionalmente, a vivir en una casa digna, a acceder a una salud digna, a no sufrir abusos incluso de nuestras propias parejas, como hoy en día podemos ver casi a diario en las noticias, una realidad tal vez oculta hace una década.
Pero creemos que el problema no es que las personas que puedan hacernos daño no se acerquen a más de unos cuantos metros. El problema es que vivimos en una sociedad en donde los abusos se reproducen de arriba hacia abajo y no solo afecta a mujeres, sino que a hombres que agobiados por la miseria en que viven, se convierten en personas violentas capaces de agredir a su propia familia, o a jóvenes que frustrados por las nulas posibilidades de un futuro, al menos tranquilo, se convierten en personas capaces de robarle a sus propias madres para poder escapar de la terrible realidad que viven.
Y así… el círculo se reproduce y ésta sociedad nos enajena cada vez más y nos aísla de los otros, de la posibilidad de pedir apoyo en alguna dificultad o de recurrir a mi vecina si necesito ayuda o no tengo algo que echarle al pan. Porque en esta sociedad individualista, egoísta y competitiva, los problemas se guardan de las puertas de la casa para adentro, es mejor que nadie sepa lo mal que lo estoy pasando, porque sino… que dirá!!!!
Pero estamos convencidos de que si creemos que la solidaridad es un arma poderosa para superar los obstáculos, y nos unimos para luchar por una vida mejor no solo para nosotros, sino para las generaciones que vendrán, el futuro se verá como algo mucho mejor, lleno de posibilidades de poder alcanzar una forma de vida digna para todos. No podremos decidir sobre nuestras vidas y nuestro futuro si seguimos viviendo solos y aislados como este sistema quiere que vivamos, sólo porque así es más fácil manejarnos. Debemos esforzarnos por construir una cultura que considere a los que tenemos a nuestro lado como parte importante del espacio que habitamos, sabemos que es difícil, porque muchas veces estamos cansados y todo nos molesta, porque muchas veces perdemos la paciencia luego de largas jornadas de trabajo y largas horas de regreso a nuestras casas, pero si creemos que nos merecemos una vida mejor, debemos saber que todos la merecen, porque no vivimos solos, a nuestro alrededor hay muchas personas que también se sacrifican día a día por vivir decentemente y todos compartimos la misma realidad de este sistema. Pero si somos capaces de luchar juntos por los problemas que a todos nos afectan, como la vivienda, la salud, la educación, las constantes alzas que encarecen el costo de la vida y al otro extremo los bajos sueldos que cada día alcanzan para menos, podremos descubrir formas de enfrentar el problema y exigir soluciones definitivas y no parciales ni que funcionen como parche curita porque ya hemos comprobado que de nada sirve que sigan construyendo consultorios si la calidad de la salud sigue siendo denigrante para la clase trabajadora mas pobre, de nada sirve que nos entreguen una vivienda que al año se va a estar lloviendo, de nada sirve que los candidatos prometan mejor educación en tiempos de campaña si nuestros hijos o hermanos igual tienen que salir de la comuna para tratar de encontrar un buen colegio, aunque después de todo el esfuerzo, de todas maneras no podrán ir a la universidad por que la plata no alcanza.



Todos merecemos vivir en una sociedad mas justa y digna, pero debemos luchar por eso porque los ricos nunca van a vaciar sus bolsillos para darnos la posibilidad de conseguirlo, tenemos que pelearlo.

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