domingo, 7 de junio de 2009

EDITORIAL


El año del camaleón
Como una de las siete plagas bíblicas este año hemos sido invadidos por una proliferación de estos reptiles rastreros. La verdad es que no debieran sorprendernos pues han sido habituales en la fauna política chilena a lo largo de nuestra historia, cómo olvidar al gorila golpista Carlos Ibáñez del Campo que luego se transfiguró en democrático Presidente o años después al traidor Gabriel González Videla, que de ser elegido con los votos comunistas luego los condenó al exilio y al paredón. Pero nunca como este año habían proliferado tanto estos animales, al punto de llegar a convertirse en plaga, talvez sea una consecuencia más del famoso cambio climático.
Cual eximios travestís, nuestros prohombres de la política se nos cambian de color y de bando como quien se cambia calzoncillos, a tanto ha llegado la capacidad de imitar a los animalejos estos que no sólo copiaron su capacidad para el cambio de color sino que también lo duro de sus pieles y caras. Quien se habría imaginado al gordo traidor de Flores que de ministro de la UP se convierte en escudero de Piñera y a este último de lame botas de la dictadura se nos viste con ropajes democráticos o al cara dura (o nariz dura) de Frei que de privatizador aventajado ahora se intenta ocultar tras los colores de los nacionalizadores y así podríamos seguir mencionando a los Ominami, Arrates y Comunistas.
No habrá zoológico capaz de contener a tanto reptil exótico por lo que queda al pueblo resolver el problema y como a toda plaga sólo es posible exterminando al animal en cuestión.
Lo importante es la acción, pero no se debe olvidar que sin organización no hay acción que sirva, deshacerse de estos reptiles exige del pueblo una acción conjunta. Como cuando se combate una plaga de ratas de nada sirve fumigar una casa de la población pues las ratas huyen hacia las otras, por lo que la única forma eficaz de terminar con la plaga es colocar veneno en toda la población y en este caso en particular será necesario fumigar un país completo, pues lo más seguro sea que no sólo nos enfrentemos a estos reptiles grandes, sino que seguramente todo el país esta invadido por camaleones pequeños, cuya única gracia es la capacidad de cambiar de color, comer lo que se les cruce por delante y calentarse la guatita al sol.

El circo electoral tiene más payasos



Aunque a algunos no nos gustan estas elecciones por ser parte de la deformación y manipulación del sistema, estas son parte de la realidad política del país y como fenómeno es un tema importante a tratar.

Los representantes del sistema tienen una sola opinión al respecto, “es el juego de la democracia”, donde “el pueblo” elige en este caso, al Presidente por los próximos 4 años, se elige a todos los diputados y parte del Senado.
Primero, si fuera democrático, las formas de participación serían diferentes, cualquiera debería tener derecho a participar. Y aunque aparentemente es así, la Ley de votaciones mantiene el sistema binominal que favorece solo a las dos grandes coaliciones: Alianza y Concertación. Segundo, si fuera democrático deberían haber otras propuestas políticas (con medidas sociales y políticas) distintas donde elegir, porque hoy día desde ese punto de vista las dos grandes coaliciones tienen el compromiso declarado de mantener el sistema de libre mercado, en un mundo globalizado, con los resultados que todos conocemos expresados en la crisis mundial. Pero no las hay. Ninguno de los numerosos candidatos plantea cambios radicales. Ni siquiera el presidenciable del PC con Humanistas.
Cuales son los antecedentes actuales de las elecciones.
La Alianza: a regañadientes, con descalificaciones habituales y mostrándose los dientes, la UDI y RN, después de largas conversaciones y compromisos alcanzados en los rincones de sus salones secretamente, se pusieron de acuerdo para llevar a Sebastián Piñera de candidato: empresario que se ha hecho multimillonario a costa de los usureros intereses cobrados a los que usan tarjetas de créditos. Un empresario que ha demostrado estar en contra de los trabajadores y para muestra son sus empleados de LAN. Dueño de Chilevisión TV, manipulador de noticias y con acceso libre para aparecer cuando necesita pantalla. Un político demagogo, que habla de todo, pero nunca ha tenido un programa claro de propuestas y eso lo vimos en las elecciones pasadas, a no ser la repetida frase que inventara Lavín: “queremos el cambio”. Se niega a deshacerse de sus empresas: ¿alguien podría ser tan ingenuo de creer que pasando en teoría la administración a terceros, va a dejar de dirigir él mismo al conglomerado de empresas que posee? o ¿sería imparcial si fuera Presidente y tuviera que dictar leyes por ejemplo sobre transporte aéreo, sobre la libre expresión, conducta y contenido de la TV??.
Sólo un descerebrado podría creer en el fideicomiso “ciego”.
La Concertación: después de haber perdido la oportunidad frente a las “niñas maravillas” la elección anterior, esta vez Frei logró después de mucho esfuerzo que las directivas de los tres partidos más importantes lo nominaran candidato oficial. Y aunque el radical José Gómez le dio una corta pelea, terminó siendo oficialmente el candidato de la Concertación. Nadie sabe cual es su propuesta, pero fue elegido. Aparte de las generalidades de siempre y el eterno y manoseado “vamos a hacer un cambio”, con nada se ha comprometido. Y nó necesita hacerlo. El acarreo de votos hace mucho tiempo que no es en base a propuestas político-sociales, sino en base a marketing de imagen, con cuantas figuras internacionales se saca foto, a cuantos niños regala caramelos, a ser los camaleones que se visten de huasos, se ponen collares rapa-nui, mantas de lonKos, bailan reguetón, etc. Transformistas de la política.
Pero la Concertación tiene que enfrentar otro fenómeno que llama un poco la atención y es la presencia de otros candidatos como Enríquez-Ominami y Navarro. Sin hablar de Zaldívar que se salió (o lo echaron mejor dicho) y de Arrate que representa a la lista de izquierda. Nadie entiende que significan estas candidaturas, porque no son anti-Concertación, están dentro de ella misma y uno se pregunta ¿significan algo importante? ¿expresan alguna propuesta diferente frente a la economía de mercado y la globalización? Ciertamente y definitivamente NO. En las entrevistas cuando Ominami chorrea las palabras, después de eso no queda nada, no hay sustancia, sólo imagen, supuesto representante de los “jóvenes”, una nueva generación, pero que hasta ahora solo conocemos sus shows en TV. Navarro, tampoco se destaca por sus propuestas claras. Más conocemos de su apoyo permanente a Hugo Chávez y a Evo Morales, y bien que sea así. Abandonó la pelea de representar a la izquierda. Pero, ¿Qué plantea en Chile? ¿qué propuestas que signifiquen un verdadero cambio ha hecho público?.
La Izquierda: Sin mayor trauma, Jorge Arrate, renunciando al PS, es nominado candidato de la Izquierda. Uno no entiende que una persona como él, que fue uno de los fundadores de la Concertación, artífice y manipulador de las posiciones que hicieron al PS abandonar su carácter de clase, de partido marxista defensor de los intereses populares. No basta que alguien se sienta “desencantado” de su dirigencia para pasarse a la izquierda sin siquiera hacer un mea culpa de sus cambios de posiciones, de su responsabilidad en los 20 años de la Concetación. Y ahora “lidera” a la Izquierda.

Después de ver estas figuras ¿alguien todavía podrá decir que estas elecciones son “transparentes” “expresión de democracia” “garantía de igualdad” “ejemplo de libre expresión”?? ¿alguien puede con la cara limpia hablar de democracia?
Sin embargo lo más peligroso es lo que no se dice.
Lo más peligroso como dijimos antes, es la ausencia de PROPUESTAS, como tanto la Alianza como la Concertación, son impulsores y férreos defensores del libre mercado brutal, no tienen propuestas diferentes. Por eso tienen que recurrir a la pelea sucia, a la descalificación, a centrarse en los problemas que hagan noticias, pero de esas noticias de farándula, o que apelan al morbo, porque asi se ganan el rating los canales del TV.
Pero no hay propuestas que despierten discusión nacional, como por ejemplo:
Como terminar con las AFP, que dejaron en la ruina a los futuros pensionados.
Como terminar con el seguro de salud privada, que discrimina a los más enfermos y obtiene grandes ganancias con los aportes de los trabajadores y empleados.
Quien ha dicho algo sobre aplicar la ley a los empresarios que no pagan las cotizaciones de AFP o de ISAPRE
Nadie ha propuesto que la Educación vuelva a ser “deber y prioridad del Estado”,
que no dependa de corporaciones de privados que solo lucran con la formación de niños y jóvenes.
Nadie ha dicho que las minas de cobre son por Ley, del Estado y que su explotación y riqueza generada debe quedar en Chile. Que no puede haber empresas extranjeras dueñas de más de la mitad de la producción de cobre.
Nadie ha dicho que el Agua, es un elemento vital, natural que no puede estar en manos de privados ni dejarla a la codicia de los empresarios.
¿Porqué no se hacen propuestas para proteger a los pescadores artesanales, y expulsar a las grandes empresas de pesca que estan acabando con los recursos naturales marítimos?.
¿Quien propondrá seriamente cambiar las estructuras políticas de nuestra sociedad, para dar cuenta de la nueva realidad, y Llamar a una Asamblea Constituyente donde se pueda dar un carácter diferente a la idea de nueva sociedad?.
¿Porque no cambiar la representatividad de la sociedad,
donde esten los verdaderos componentes del pueblo organizado, profesionales, empleados, trabajadores, campesinos y temporeros, etnias, representantes de la cultura, etc.? Eso podría ser más democrático.
Para hacer esos cambios y muchos más, se necesita más que estar descontentos con los 20 años de la Concertación. Se necesita más que decir livianamente “somos el cambio”. Se necesita tener primero reconocer que el libre mercado y la globalización son formas perversas, brutales de explotación del hombre. Reconocer que no puede ser el lucro la base de ningún sistema de sociedad compatible con la justicia y la solidaridad. Hay que reconocer que es necesario un nuevo sistema socio-político, que reemplace a este que ha probado no poder solucionar los problemas.
Eso no lo va a hacer ninguno de los candidatos. Se despacharán torrentes de palabras, todas vanas, con los dedos cruzados a la espalda para después desconocer sus promesas.
No encontraremos compromisos. No habrá formulas para hablar de la verdadera democracia.
Por eso no creemos que a través de estas elecciones se pueda avanzar en construir una fuerza distinta. No será votando que logremos encontrar el camino de construcción de una auténtica fuerza de izquierda.
Por eso seguiremos buscando alternativas que busquen despertar la conciencia para analizar nuestros problemas de sociedad. A buscar formas para saber buscar y encontrar la verdad de los problemas. Para entender que ver los problemas y encontrar soluciones, no llegarán por iluminación, ni por la acción de algún caudillo, sino buscando en forma metódica, consciente, permanente, con herramientas científicas, luchando cada día, todos los días, codo a codo con otros, agrandando el círculo de discusión y trabajo, de solidaridad, consecuentes siempre.

A propósito del circo electoral…


Entre bombos y platillos… pitos y flautas… crisis… bonos… gripe porcina… farándula política con Henríquez Ominami a la cabeza… debemos ser capaces de leer entre líneas. Cada día en nuestra sociedad suceden muchas cosas, de las cuales muchos de nosotros nos enteramos a través de los “medios de comunicación” al final del día, cuando vemos las noticias para “intentar” enterarnos de “buena fuente” de lo que ha sucedido mientras nosotros hemos estado imbuídos en el capitalismo, haciendo funcionar la máquina productiva igual que todos los días. Paralelo a todo eso, en nuestras vidas cotidianas suceden muchas cosas también. Hemos tenido que acostumbrarnos diariamente a escuchar hablar de la crisis económica, incluso intercambiar opiniones muchas veces sin tener la certeza de manejar toda la información necesaria como para generar un pronóstico o vaticinar una solución. Y no debe sorprendernos, no es casualidad que no manejemos toda la información, de eso justamente se trata el éxito del sistema (entre otras cosas por supuesto), el desarrollo de esta seudo democracia, que en la práctica significa lo contrario al origen de la palabra. Significa la no participación en la solución de nuestros problemas, ya nos hemos acostumbrado a que las soluciones las implementen estos iluminados que han hecho carrera en la elite política, unos disparando con guante blanco y otros haciendo la vista gorda o descaradamente negociando algún puestito cagón, estos doctorados en abrirse de piernas ante el imperio, estos magíster en entregar nuestras riquezas a cuanto monopolio financiero se les aparezca. Y la vida cotidiana otra vez, teniendo que lidiar con el costo de la vida que sube cada vez más, mientras los sueldos alcanzan cada vez para menos, y encima con la amenaza solapada de parte de los patrones, que hay que cuidar la pega, por que nunca se sabe… la cosa esta difícil! Y el costo siempre lo paga el pueblo, porque los ricos no han dejado de ser ricos por estar en crisis, el fin último del capitalismo, la acumulación, sigue funcionando a la perfección. Para seguir perpetuando este sistema, hay un grupo no despreciable de personajes que hacen su trabajo de forma muy eficiente. Un día mas, un día menos, dependiendo del escenario nacional y mundial, vemos como la maquinaria electoral funciona, cara a lo que serán las elecciones de diciembre y el gobierno, “gordis” a la cabeza, se pone las pilas para que la crisis no los supere y vuelvan a ganar un período más de poder, entonces reparten más computadores, prometen más bonos, pero de los problemas de fondo ni hablar. En abril recién pasado se publicó la reforma a la Constitución para establecer la inscripción automática en los registros electorales y el voto voluntario, a través de la cuál todos los que cumplan con los requisitos establecidos por la ley, estarán inscritos en el padrón electoral y podrán decidir voluntariamente si votarán o no. Pareciera que esto sí es un avance democrático, según dicen los voceros del proyecto, el hecho de que sea posible elegir si se vota o no y no tener la obligación de asistir a votar siempre porque alguna vez nos inscribimos. Muchas voces, del oficialismo e incluso de la derecha, hacen alarde del gran progreso que esto significaría para el sistema político chileno. Pero preguntémonos si realmente el hecho de quedar inscritos automáticamente en los registros y poder decidir si el día de la votación “asistimos a las urnas” o mejor nos quedamos en la casa descansando, significa un avance en la participación ciudadana. Preguntémonos si el hecho de elegir entre dos o tres alternativas significa realmente ser partícipe de las cosas que pasan en nuestras vidas. La realidad es que, voluntaria o no, la votación sigue siendo hoy una herramienta de los políticos añejos de perpetuarse en el poder, si lo pensamos, puede que cambie o se maquille un poco la forma de participar en la política tradicional, pero el fondo de la cuestión, lo que realmente importa, seguirá intacto. A pesar de que hoy día un personaje como Marco Henriquez-Ominami haga tambalear la vida política tradicional y les complique el escenario a Frei y sus secuaces, él tampoco representa un cambio real o una alternativa de cambio en el futuro, sí le cambia un poco la cara al espectáculo, lo hace mas farandulero y juvenil, puede ser, pero no por mucho que cambie el envase, el contenido también es diferente. El problema de las votaciones no son las votaciones en sí, sino el hecho de que tenemos dos opciones: votar por lo mismo o no votar. Y en ese escenario, entonces, no tiene mucha relevancia si tenemos la obligación o no. Participar de la toma de decisiones tiene que ver, primero, con que surja la necesidad, y luego con que nos interese llegar a encontrar la solución a pesar de todo lo que pueda costar. Mientras sigamos inmóviles ante las cosas que ocurren, siempre habrá “chupasangres” que se aprovechen de la ignorancia y el desinterés, y seguiremos viendo como la corrupción y la avaricia son los ejes de la política oficial. Si remitimos el destino de nuestras vidas a un día, una vez al año (un año para alcaldes y otro para presidente), estamos condenados a ser cómplices silenciosos del mantenimiento de este sistema. Así las cosas, realmente no es importante si para las próximas elecciones el padrón electoral crece 2 millones de personas, lo que importa es que de a poco vayamos construyendo la alternativa popular que responda a nuestras necesidades y que esos 2 millones de personas no solo sean número para alcanzar el porcentaje ganador, sino sujetos activos en la construcción de un sistema diferente.


Movilización Estudiantil y lucha reivindicativa



¡Asiste a la escuela, desamparado!
¡Persigue el saber, muerto de frío!
¡Empuña el libro, hambriento! ¡Es un arma!
Estás llamado a ser un militante.
¡No temas preguntar, compañero!
¡No te dejes convencer!
¡Compruébalo tú mismo!
Lo que no sabes por ti,
No lo sabes
Estás llamado a ser un militante


Bertolt Brecht (1933)


Durante los últimos tiempos uno de los hitos más destacados de la lucha social en nuestro país fue la movilización estudiantil conocida como la revolución pingüina (2006). Movilización que estuvo marcada por un masivo apoyo del mundo estudiantil y de la mayoría de los actores sociales y sus organizaciones. Sin embargo, si evaluamos sus resultados de corto, mediano y largo plazo, sus alcances mantienen la lógica de todas las movilizaciones populares del actual período. Es decir, por articularse en función de objetivos puntuales y limitados, organizarse de forma aislada (sectarismo) con respecto al resto de los actores sociales, pero por sobre todo, carecer de un Proyecto de largo alcance. Lo relevante de estas afirmaciones, se encuentra dado por el escenario actual, tanto en el Movimiento Estudiantil, el Sistema Educativo y el Movimiento Popular. En todos estos niveles se ha sufrido un profundo retroceso o al menos un estancamiento aletargante, si tomamos como comparación el periodo anterior al 2006.
Con respecto al Movimiento Estudiantil es fácil constatar que se ha producido una dispersión dada por la ausencia de objetivos comunes y la falta de preocupación por la articulación. No obstante, el factor predominante que explica la debilidad del movimiento estudiantil, se encuentra en que aún no se ha superado lo efímero de su organización, la cual responde a los breves ciclos en que los jóvenes permanecen en las instituciones educativas. Este fenómeno propio de la dinámica estudiantil, será superable en la medida en que las organizaciones políticas asuman un rol activo en la formación de dirigentes en todos los niveles que se requieran, con mayor urgencia cuando el recambio es rápido y constante.
En el ámbito relacionado con el Sistema Educativo en su totalidad, nos encontramos hoy en día sin capacidad de responder a una dura derrota. Esta es la aprobación de la LGE. Cuando sabemos que uno de los principales objetivos de las pasadas movilizaciones estudiantiles era la Eliminación de la LOCE (Antigua ley de educación heredada de la dictadura) nos encontramos ante un rotundo fracaso, debido a que la nueva ley (LGE) profundiza en la mercantilización de la educación, reafirmando lo discriminatorio del sistema educativo y obviando la necesidad de calidad de la educación. Como también restringe (al punto de impedir) la participación de la sociedad en la toma de decisiones al interior de los espacios educativos, otorgando estas atribuciones solo a los responsables económicos (sostenedores, municipalidades). En definitiva la LGE perpetúa un crudo sistema de clases al interior de nuestro Sistema Educativo, en donde la escuela pública y la educación pública, tendrá el sello de ser la escuela de los pobres, y de los más pobres.
Sobre la influencia del Movimiento Estudiantil en el resurgimiento Popular nos limitaremos a decir, que la fragmentación de organizaciones y de objetivos –propio de lo estudiantil- es un aporte al mantenimiento del estatus quo que tanto beneficia a los dueños del capital y sus lacayos.
En el contexto actual, las organizaciones políticas y sociales que luchamos por cambios revolucionarios pagaremos caro, si dejamos que se diluyan o se pierdan grandes movilizaciones como la de los pingüinos, ya que la capacidad de conducción como la formación de cuadros, no se puede improvisar de un momento a otro, debiendo ser una tarea permanente y en ascenso.

Por David