domingo, 23 de diciembre de 2007

EDITORIAL

Que 20 años no es nada, dice el tango.
Y de 100 ¿podríamos afirmar lo mismo?. Sin duda como todas las cosas de la vida dependerá del cristal con que se mire. Para evaluar la evolución del mundo, 100 años no serán nada, para olvidar un amor sería demasiado; pero para pensar y evaluar un suceso histórico tal vez sea un tiempo prudente

A veces la urgencia de la vida, y la rapidez de los sucesos históricos nos impiden mirarlos con detenimiento y objetividad, lo que es aprovechado por quienes detentan el poder para tergiversar y ocultar las verdades para ellos incómodas. Pero la historia de los pueblos es semilla imperecedera, cuya fuerza vital brota desde lo más profundo del alma popular, regando con su ejemplo los nuevos brotes de lucha y dignidad, dejando sus enseñanzas para las futuras generaciones de hombres y mujeres libres.
Hoy es imprescindible rescatar los elementos significativos, relevantes y ejemplificadores que los obreros salitreros dejaron como legado al movimiento obrero, enseñanzas que a pesar de los esfuerzos desplegados por la burguesía durante un siglo de olvido y mentiras, porfiadamente se yerguen en la memoria popular. Los obreros dignos del presente no pueden ignoran la capacidad de los salitreros para integrar a su lucha a todo el pueblo pampino llevando hasta Iquique a hombres mujeres y niños a exigir en las barbas burguesas, respuestas a sus demandas.
Hoy, cuando los sectarismos solo ayudan a los patrones y a nuestros enemigos en esta lucha centenaria por la dignidad del hombre, es necesario rescatar del olvido el ejemplo unitario del pueblo nortino que congregó en una sola gran movilización a todos los gremios populares, a todas las emergentes corrientes políticas.
En estos tiempos, en que el imperialismo norteamericano y sus lacayos de las burgue cías sudamericanas empeñan todos sus recursos en contra de los pueblos latinoamericanos y sobre todo en contra de aquellos que se atreven a desafiar su poder levantando la dignidad de las mayorías por sobre los intereses comerciales de unos pocos (Cuba, Venezuela, Bolivia), es ante estos sucesos que el ejemplo de los obreros pampinos nuevamente nos da las lecciones que nunca debimos olvidar, la unidad de los pueblos como única arma contra el imperialismo homicida. Se unieron en un solo frente, contra las armas burguesas, chilenos, peruanos, bolivianos e incluso obreros estado unidenses.
Pero por sobre todas las cosas, nos interesa destacar como ejemplo para los luchadores de hoy y de mañana la inquebrantable convicción de luchar contra todo, luchar aún en las condiciones más adversas, ante la prepotencia y el atropello patronal oponer la dignidad, la organización y la movilización como únicos caminos para el pueblo pobre en busca de la justicia y su total emancipación.
De esa lucha centenaria hoy como ayer se escucha más fuerte que nunca en el pecho obrero, en los barrios populares, en las minas de cobre, en los bosques australes.
!! Más vale morir de pié, que estar vivos de rodillas !!

¡¡ Con el ejemplo de los obreros del salitre
A construir la unidad latinoamericana. !!

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