martes, 22 de julio de 2008

COMO SOLUCIONA EL GOBIERNO LOS CONFLICTOS


Esta vez escribo desde la indignación, casi desde la repugnancia de seguir viendo como este gobierno empleado ejemplar del imperialismo sigue riéndose del pueblo.
Tengo dos impresiones un tanto diferentes de las cuales hablarles, que son además reflejo de las condiciones de cada una de ellas. La primera, del estudiante secundario que entrevisté hace dos números. Si no leyeron el artículo, puedo resumirlo dándoles mi impresión de él según lo que me contó. Vi a un cabro de 17 años con la película mas clara que muchos y muchas de su edad, decepcionado de los nulos resultados de una larga movilización que lo encontró con todas las ganas de aportar algo en la lucha por una educación digna y de calidad, cuestionándose constantemente las formas que asumió el movimiento, pensando que había que encontrar otras nuevas, pero sin saber con certeza cuáles eran. Finalmente, se encontraba con la total convicción de que las cosas deben cambiar y de que el tiene mucho que seguir aportando en eso, pero desesperanzado al analizar el pasado reciente y el futuro del movimiento estudiantil (todo esto en relación a las movilizaciones del 2006 y 2007).
La segunda se refiere a la entrevista del número anterior a la dirigente de una agrupación de deudores habitacionales. En esa oportunidad omití parte de la conversación que se refería a las posibles soluciones que podía anunciar la Bachelet en el discurso del 21 de mayo. Debo reconocer que la omisión no solo fue por el espacio reducido de estas páginas, sino también por mi pesimismo, tal vez quise ser prudente por que no creí en las “buenas nuevas”. Ahora, quiero expresarlo por la rabia que me provoca la forma tan cruel con que se burlan de las esperanzas de las personas. En esa oportunidad, ella me contaba que existía la posibilidad real de que en el discurso estuviera planteada una solución definitiva para muchos de los casos de su comité, si bien no eran todos, eran la mayoría y por lo tanto un logro muy importante. Y que pasó… la “gordis” se dedicó a regalar computadores, a restregar en la cara las modificaciones al sistema de pensiones, y de la vivienda… nada nuevo. Imagínense la decepción de todos aquellos que viajaron a Valparaíso a escuchar “la solución a su problema”.
¿De qué se trata todo esto? Simple… el gobierno tiene las cartas debajo de la manga y cuando las manifestaciones en su contra empiezan a tomar un color algo peligroso, saca una de esas cartas, pero cuando esas manifestaciones empiezan a decaer, entonces es más cómodo, no hacen nada. Y las cosas caen por su propio peso. Además, tienen algo muy importante a su favor: los medios de comunicación, encargados de estar todo el tiempo sacando de contexto las movilizaciones, y como la mayoría de la población cree lo que aparece por esa caja que habla, no se hacen mayor problema, mienten descaradamente. Provocan desmovilización al plantear algo así cómo: “esperen un poco más porque su problema ya se va a resolver”; o actúan con la amenaza solapada: “si siguen molestando así, es posible que esa solución no llegue, así que mejor pórtense bien”. Entonces la gente, que en definitiva quiere que se solucione su problema habitacional, no actúa por el temor, o muchas veces por la comodidad.
En cuanto a los secundarios, el horizonte no se ve mas claro. Todos vimos como el sistema político-partidario supo involucrarse hasta crear conflictos al interior del movimiento, conflictos que en gran medida lo desarmaron. Después de esa decepción de muchos, este movimiento (2008) se ha desarrollado diferente, sin conducción, sin responsables de tareas concretas, por lo tanto sin portavoces que fueran reconocidos por todos los actores. Han habido tomas de colegios, paros, marchas, etc., pero no creo que alguien haya pensado que debido a esto la LGE no siga su curso hasta convertirse en “la nueva ley de educación”. En medio de ese conflicto ¿Qué hace el gobierno? Machaca con las bondades de la nueva ley, saca a relucir la “voluntad de dialogar”, la voluntad de dejar atrás esa ley “tan de derecha”, excluyente y discriminatoria (porque después de 27 años, parece que nadie se había dado cuenta). Y al movimiento nadie lo escucha, o mas bien la mayoría no le cree, y sí se creen el cuento de estos cabros delincuentes que van al centro solo a hacer desordenes y destruir la tan valiosa propiedad privada, el cuento de estos jóvenes irracionales que en su inmadurez se atreven a cometer un acto tan “criminal” como tirarle AGUA a la ministra de educación, esta mujer tan “progresista, democrática y pacifista”, que llegó al ministerio a “escuchar a los jóvenes” y, por supuesto, a montar shows mediáticos para limpiar la imagen del gobierno y hacerlo parecer súper abierto a escuchar lo que los jóvenes tienen que decir con respecto a SU EDUCACION, pero seamos claros, NUNCA les ha interesado tomar en cuenta esa opinión, NUNCA les ha interesado “sentarse a dialogar” con estos jóvenes. Entonces el movimiento se encuentra con las mismas trabas de las veces anteriores y tienen que volver a mirarse hacia adentro y tomar fuerzas para el próximo round. Y los deudores habitacionales otra vez dejan de golpear fuerte en la coyuntura interrumpiendo violentamente los actos del gobierno, porque están en sus casas esperando solución. Y el sistema otra vez esta en calma, aparente porque esta olla a presión debe estallar alguna vez, debemos crear las condiciones para que eso pase, hasta cuando se van a salir con la suya, ya no es posible seguir aguantando tanta inmoralidad. En definitiva, el gobierno no soluciona los conflictos, sino que espera a que todas sus armas sean efectivas y nos cansemos y cualquier manifestación se agote por si sola, total ya tendrán tiempo para pensar que hacer cuando otros, mas adelante, vuelvan a hacer resurgir los temas y otra vez pongan “en jaque” la funcionalidad del sistema y así seguir, hasta que todos y todas seamos capaces de ponerle punto final y “decir ahora sí que estos gueones no van a manejar mas nuestras vidas.”

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