martes, 22 de julio de 2008

LA DURA REALIDAD

Las elecciones siempre ponen en debate los diversos problemas del país y también los desacuerdos y diferencias entre los diversos sectores políticos, especialmente los dominantes de nuestro país.
Uno de los problemas que ha perseguido al gobierno de la Bachelet desde sus inicios, ha sido la CORRUPCION que atraviesa a la administración del Estado: Secretaría de Deportes, Ministerio de OOPP, Ministerio del Trabajo, planes de empleo, proyecto “puente”, Secretaría de Gobierno, etc etc. La Alianza por su parte a través de sus alcaldes, ha hecho lo mismo que tanto criticaba a Bachelet, inventar empresas fantasmas para obtener financiamiento para sus partidos y campañas.
Si bien estos problemas son muy importantes, más importante aún es la incapacidad no solo de la Bachelet, sino de su coalición de poder gobernar. No hay proyecto que no hayan hecho mal, como el de AUGE en la salud y Transantiago en Transporte. Los trenes que desaparecieron en Ferrocarriles. Edificios completos de viviendas SERVIU que han tenido que ser demolidos y otros miles que han tenido que ser reparados. Miles de millones de dólares tirados a la basura o que fueron a parar a los bolsillos de las empresas contratadas para tales trabajos y que después desaparecen con los bolsillos llenos.
Dentro de esa incapacidad, en los temas políticos, apenas a un par de meses de asumir como Presidenta, tuvo que enfrentar la protesta de los “pingüinos” por una mejor educación, que dejó en evidencia que su programa de gobierno no tenía nada que decir referente a la educación y a su urgente necesidad de cambios. Después de nombrar una comisión de cerca de 80 asesores, envía una ley al parlamento que no contempla cambios significativos, y que se la presentó en acuerdo con la Alianza, mientras los estudiantes, secundarios y universitarios, y también el colegio de profesores, siguen movilizados pidiendo que se derogue. La nueva ministra que reemplazó a Provoste se ha caracterizado por su negativa al diálogo, recurriendo permanentemente a las amenazas tanto a profesores como a alumnos. Alguien recordó que esta ministra era precisamente dueña de varios colegios y miembro del Opus Dei, con lo que naturalmente jamás estará de acuerdo con una educación sin lucro como exigen estudiantes y profesores, incluyendo a muchos parlamentarios de la propia Concertación. La Presidenta nunca ha recibido ni a los estudiantes ni a los profesores. Recordemos que su consigna fue “gobierno ciudadano”
Los problemas de justicia económica y laboral que representaron los obreros subcontratistas de CODELCO, tampoco fueron escuchados. Fue necesaria una enérgica huelga en el 2007 donde los obreros demostraron que no cederían en sus demandas y que lucharían con todo, para que fueran escuchados. La Presidenta nunca los recibió en La Moneda: otra muestra de su “gobierno ciudadano”. Sin embargo los empresarios y líderes de la derecha, entran a La Moneda cuando quieren, ni siquiera tienen que pedir audiencia.
En semanas pasadas, el gremio de los camioneros, sabiendo el poder que significa ser los que transportan la mercadería a través de todo el país y a los puertos de embarque para las exportaciones declararon la huelga, se tomaron las carreteras y exigieron al gobierno eliminación de impuestos al Diesel. El ministro Velasco que tanto le cuesta entregar recursos para subir el salario mínimo, en 24 hrs. decidió devolver a los camioneros el 80% de los impuestos que estos pagan al comprar diesel. Cuando los estudiantes se toman los Liceos, el gobierno y los alcaldes envían de inmediato a la fuerza represiva para que los desaloje, los apaleen y los lleven detenidos. ¿Cuántos camioneros fueron detenidos? ¿No era la consigna del gobierno que con gente en toma no se negociaba? Esa es la diferencia entre ser empresario y trabajador.
Para los empresarios y la derecha, la puerta ancha de La Moneda y la billetera siempre disponible para subsidiar a los empresarios.
Para estudiantes, profesores, trabajadores, la represión, el apaleo, el billete corto, los mensajes a través de la TV que también hace su pega para descalificar a los sectores más pobres cuando estos protestan, pero la puerta cerrada y los oídos sordos.

La pregunta es ¿Hasta cuándo habrá que aguantar a estos gobiernos corruptos? Hasta cuándo habrá que hacer protestas en la calle, ser reprimido y apaleado, para ser tomados en cuenta? ¿Hasta cuándo los empresarios tienen la puerta ancha y los más pobres y explotados la puerta trasera?

Mirando a más largo plazo, los problemas de los que menos nos damos cuenta, tampoco son prioridad.
La única energía que mueve al transporte y a la industria en nuestro país, es el petróleo. Eso lo saben todos. Todos sabemos también que hasta ahora no ha habido respuesta del gobierno ni de nadie para solucionarlo. El gobierno estudia planes a largo plazo, con la misma mirada de hoy, creyendo que todo permanecerá igual por décadas. Cuando tengamos las nuevas plantas de tratamiento de petróleo, probablemente no podamos pagarlo y seguiremos peor. Todas las voces que exigen estudios serios de alternativas que contemplen el resguardo del medio ambiente, son desestimadas, y por dar un ejemplo este gobierno ya formó una comisión para la posibilidad de instalar una planta nuclear, como si se desconociera a estas alturas lo que ello podría significar. De la energía solar, o del viento, siempre son descartadas por “caras” aunque en los países desarrollados estas se usan desde hace mucho tiempo.
Del cuidado de nuestras reservas marinas. Están de hecho eliminando a los pequeños pesadores artesanales, que solo trabajan para sobrevivir, pero tampoco son escuchados. Con las cuotas que les restringe el volúmen, lo agravan concediendo a las grandes empresas pesqueras cuotas y límites de territorios de pesca casi ilimitados, que han puesto al borde la extinción a nuestras más tradicionales especies como por ejemplo la merluza.
A pesar de la propaganda de los logros en cuanto a exportaciones “nuevas”, Chile sigue siendo a el mismo país exportador de sus materias primas, y no ha invertido en nuevas industrias, aunque tiene tremendos recursos que genera especialmente en estos años el cobre (Codelco produce el 30% del total de cobre exportado y los privados el 70%). Ahí están guardados los dólares en Bancos extranjeros, mientras en Chile, sube la inflación y el desempleo. Ese es uno de los altos precios que hay que pagar por los tratados internacionales que se firmaron con tanto bombo. Sólo se puede vender a otros países, materias primas, no se puede procesar en forma industrial muchos de nuestros productos como el cobre u otros metales, sacar subproductos de la minería, de las frutas y vegetales, del salmón, etc, etc. Seguimos siendo el mismo país de antes, al que se le obliga a producir lo que Estados Unidos y la Unión Europea quieren. Nos obligan a mantener precios de alimentos libres de subsidios del estado, mientras ellos subsidian a los suyos. Los tiburones son capaces de botar millones de toneladas de trigo, que el estado subsidia, para no hacer caer el precio mundial. Mientras, millones de niños y personas mueren de hambre por todo el mundo.

Muchos son los problemas que tenemos, tanto los actuales cotidianos, como los de largo plazo. Si algunos creen que un cambio en la Concertación o un gobierno de la Derecha, podría revertir esta situación, están fatalmente equivocados. No hay arreglo, no habrá cambios. Nuestra economía y sus consecuencias son monitoreadas desde afuera, no desde dentro. Somos un país peón que debe hacer lo que se dicta en las reuniones del Banco Mundial o directamente desde el gobierno de Estados Unidos.

El desafío para los chilenos es tomar conciencia de estos problemas, de sus verdaderas causas y de sus fatales resultados. Si nos sacáramos la venda de los ojos, esa venda que nos pone la televisión, los diarios, la farándula, el consumismo, podríamos empezar a pensar seriamente en cuales son las alternativas que darían solución a estos problemas. Seríamos capaces de pensar que este sistema nos explota, nos mata, golpea a nuestra familia especialmente a los niños. Que este sistema protege con todo incluyendo a las fuerzas represivas, los intereses de los más ricos y poderosos. Que los políticos tanto de la Concertación como de la ALIANZA están allí para defender esos privilegios de ese 10% de este país. Que entonces es hora de que hagamos algo, más allá de las protestas. Hay que construir una alternativa al sistema. Muchos creen que este sistema se desintegrará por sí solo. Ojalá fuera así. Pero si no creamos una alternativa de carácter distinto, que en primer lugar se preocupe de los más pobres que son la inmensa mayoría de este país, que se preocupe de cuidar nuestros recursos naturales, del medio ambiente; que se preocupe del futuro del país, y que para ello mantenga su independencia de otros poderes y poder desarrollar la industria que necesitamos de acuerdo a nuestros recursos y realidad, todo seguirá igual de malo para los pobres.
Todo eso y más son los componentes de las posibilidades que tenemos el deber de estudiar. Debemos ser capaces de cambiar el sistema. Aquí las responsabilidades de las personas son importantes pero nó definitorias. La pelea debe ser contra el sistema.
Y eso significa luchar,

Contra la cultura de valores individualista y autodestructiva que nos impone a través de la televisión, de los diarios y del afán de consumo.
Contra las formas antidemocráticas de participación, y que nos hace creer que participando en las elecciones ya somos actores de las soluciones.
Contra la cultura de la muerte y la represión que representan las fuerzas policiales y las fuerzas armadas de este país.
Contra la dominación alienante que nos impone el sistema de educación tanto secundario como superior, que solo busca el lucro.
Contra la discriminación social que el sistema de salud impone, porque es considerado un producto de mercado que hace ganar millones a unos pocos, mientras la mayoría sufre la falta de atención en la salud.

Es hora de avanzar, en la organización de la lucha contra el sistema. Es hora de ir creando un PROGRAMA que sea lo más representativo de las necesidades de nuestro pueblo y que traspase las diferencias ideológicas para que una nuestro accionar.

La UNIDAD de los sectores más revolucionarios, más anti-sistémicos, más anticapitalistas, debe empezar a dar pasos concretos. Es un deber, una obligación, un mandato de los más explotados, de los más pobres.

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