martes, 22 de julio de 2008

EL LUCRO EN LA EDUCACION

Durante el ultimo tiempo hemos vivido una gran discusión y movilización por el tema de la educación, todos los sectores de la política chilena han participado de alguna forma en este enfrentamiento de proyectos. En este proceso –desde la izquierda- se han dado múltiples interpretaciones al fenómeno social que ha surgido en torno al debate sobre educación, algunos, más confiados, han vislumbrado el surgimiento del inicio de la insurgencia popular. Otros sectores de la izquierda, hemos presenciado una lenta maduración de un sector social de gran importancia – el estudiantil- que ha atravesado por diversas etapas de importancia. Surgiendo con demandas meramente reivindicativas y formas de organización basados en el espontaneísmo, por allá a fines del siglo pasado (1999-2001), más adelante fundando orgánicas más centrales y politizando gradualmente sus luchas, vinculándose al resto mundo social, para finalmente llegar a encabezar muchas de la luchas populares del ultimo período (2005-2008). Este proceso de construcción y acumulación social y política, puede resumirse en pasar de una preocupación por la forma del problema a una preocupación por el fondo. Sin embargo, no podemos decir aún que la lucha de los estudiantes esté, en la actualidad, preocupada a cabalidad del fondo del problema, pero sí que esta en camino de esto. Es decir, como nos plantea claramente Pedro Albornoz “Es imposible plantear cambios fundamentales (derogación de la LOCE o LGE, fin a la municipalización, etc.) al actual sistema educativo sin apuntar al corazón del aberrante Sistema Económico que lo sustenta”. Es por ello que las organizaciones sociales y políticas no podemos permitir que el punto principal del debate y de la lucha en torno a la educación sea dejado de lado, ni tampoco que no sea comprendido completamente por nuestro pueblo.
El punto central sería, a nuestro entender, el Lucro en la Educación. A continuación enunciaremos varios aspectos que nos orientan a oponernos definitivamente al “lucro” como motor de la educación, no con el objetivo de acotar la discusión sino más bien de entregar elementos para su inicio.
La escuela no es una empresa ni la educación un negocio: Al menos así debiéramos entenderla, si lo que se pretende a través de ella es cumplir el proyecto ilustrado de la generalización del conocimiento, una formación que ayude a los estudiantes a entender por qué vivimos de esta forma y a pensar de si es posible vivir de otra mejor y no – como hasta ahora- solamente la reproducción de semi-analfabetos.
La escuela es un reflejo de la sociedad: De manera de que si queremos saber lo que ocurre dentro de ella, hay que mirar fuera. Por lo tanto, si la escuela actual es de mala calidad e injusta pues reproduce las múltiples desigualdades sociales, esto significa que nuestra misma sociedad es de mala calidad e injusta. Más aún, que todos los métodos neoliberales en que el libre mercado es ley, son en la práctica absolutamente ineficientes a la hora de administrar la educación. Entonces,
El “Lucro” en educación es el que avala al resto del sistema económico y social en que se sustenta: La escuela es una invención, no ha existido siempre. El modelo organizativo de la escolarización se construye en el siglo XIX al mismo tiempo que la burguesía construye el Estado liberal, es parte de este proceso. La escuela en la actualidad, mantiene la misma estructura del siglo XIX, debido entre otras cosas, a que se trata de una institución muy resistente al cambio.
La evidencia de los resultados desde que se eliminó la educación pública en los 80’s: La privatización y municipalización que impulsó el régimen militar y que más tarde consolidó la dictadura concerta-sionista, han llevado la calidad de nuestra educación a los niveles de países como Pakistán, Bostwana o Sudáfrica. Demostrando que la “libertad de educación” es válido solo para las clases altas.
La educación debe responder a un proyecto-país: En una sociedad extremadamente desigual como la nuestra, antiguamente, existía un único espacio en donde se relacionaban y vinculaban los miembros de distintos segmentos socioeconómicos en condiciones de igualdad. Este espacio único era la escuela (pues el trabajo elimina la condición de igualdad). En estos momentos, la escuela no cumple la función de relacionar a sujetos de distintas realidades, por lo que solo sirve para la reproducción de ghetos aislados unos de otros. Lo que de ninguna forma permite llevar adelante ningún proyecto de país que incluya todos los sectores de la sociedad. Esto se verá fuertemente acentuado con la nueva LGE, pues consagra el “poder adquisitivo” como elemento definidor a la hora de optar por tal o cual educación.
Gerentes a cargo de la Educación: Como forma de validar la ley del mercado al interior del sistema educativo, el gobierno y la derecha han abandonado el discurso de la “Reforma” y han adoptado decididamente el de la “Gestión empresarial” como elemento clave para mejorar la calidad de la educación. Entre sus principales argumentos encontramos el convencimiento de su parte de que la solución pasaría por un aspecto “técnico y burocrático” ligado a la administración del actual sistema educativo. Su expresión en educación sería entonces, a través de “gerentes de la educación” e instituciones técnicas de medición como las salvadoras y fantasmales Agencia de Calidad y la Superintendencia de Educación. Para que esto tenga éxito, el gobierno debe convencer a todos los actores de que este es el camino (lo que ha venido realizando hace años), provocando en los colegios malestar entre los docentes, que se ven obligados a competir entre ellos y actuar de manera artificiosa para responder a los objetivos del rendimiento que se les marca.
Desprecio del concepto de “Comunidad Educativa”: Todos los expertos y especialistas en el campo de la educación nos plantean que la mejor forma de aprender es dentro de una “comunidad educativa”, las mismas que serían desmanteladas gradualmente gracias a la nueva ley, ya que el mercado es abierto y por sobre todo flexible. Al parecer para los expertos de la concerta y la santa alianza los conceptos de comunidad, apego, proceso, motivación, no significan nada, porque lo que cuenta es el producto.
Efectos negativos de la lógica del mercado en la calidad de la educación: Como nos explica Merchán Iglesias, una de las primeras incidencias negativas es que se hace responsables a los docentes del rendimiento de los alumnos, cuando sabemos que en ello influyen numerosos factores que escapan a su actuación. Si la productividad de la educación, se centra en el rendimiento medible, resulta que las posibilidades de progresar de los alumnos de contextos populares son mucho menores que la de los alumnos de clase media, de manera que cunde la “desmoralización” entre los profesores. Esta política de libre mercado, desanima a los docentes que trabajan en condiciones mas difíciles, enrarece el clima en los establecimientos educativos, creando jerarquías y competitividad frente a la necesaria colaboración y, en fin, dinamita la relación de padres y madres con la escuela. Estos son los aspectos más perjudiciales y todos ellos afectan de manera especial a la escuela pública ya que queda en un estatus más débil.
El carácter público de la Educación: Si comprendemos que la educación y todo lo que trae aparejado; como el desarrollo de un país, su cultura, las relaciones sociales de sus habitantes, la responsabilidad social, etc. posee una importancia superior para cualquier sociedad, que se aleja del valor de cualquier otro tipo de servicio, ya que esta directamente relacionada con el “alma” de cada nación, la cual nos pertenece a todos. Es por ello que se debe potenciar por sobre todo la educación pública de calidad, recordemos además, que la evidencia muestra que la mejor educación del mundo desarrollado está en Finlandia y del mundo en desarrollo en Cuba, y ambas son educaciones públicas.
Estos son a nuestro entender algunos de los argumentos en contra del lucro en educación. Las distintas organizaciones de estudiantes han comprendido la necesidad de luchar en contra de él y de su reimposición a través de la LGE. Los profesores y otras organizaciones populares se han sumado a la movilización a favor de la Educación Pública. No obstante, ha sido difícil trasmitir al conjunto del pueblo el por qué de la movilización. Sabemos que todos los grandes medios de comunicación han tomado rápidamente posición en este debate, mostrando al movimiento estudiantil como incoherente o criminalizándolo, con mucho mayor celo que en otras oportunidades. Los políticos de la concertación y la derecha han acordado una ley a su medida, como siempre entre cuatro paredes, con la cual declaran se “regula” y se “limita” el lucro (pues por ningún motivo se eliminaría, ya que es absolutamente legítimo), mostrando esta “regulación” como el punto que debería promover el acuerdo entre todos los sectores. Porque la LGE “ataca” algo que en el transcurso del debate fue fuertemente repudiado -sobre todo desde la izquierda- es decir, el rol de los sostenedores y la utilización de las subvenciones, las que muchas veces eran desviadas a otras actividades económicas de parte de los dueños de los establecimientos educacionales. Pero la LGE establece una brillante solución a esto, que por supuesto debería dejarnos a todos conformes. Esto es “el giro único”, o sea se establece que los dueños de los colegios no podrán tener a su cargo otros negocios, para evitar los traspasos ilegítimos de capitales. A primera vista podríamos entender esto como un avance, pero cuidado, analizando esta medida tomando en consideración las condiciones actuales de nuestro país, es posible concluir que esta medida solo servirá para evitar la creación de nuevos establecimientos educacionales y si se crean los dueños tendrán que ser los mismos que han sido hasta ahora, porque en la práctica hoy en día los grandes costos económicos que implica la creación de un establecimiento educacional haría casi imposible que un particular que no tenga otros negocios distintos del educativo (por el giro único) pueda asumirlos. Peor aún, tomando en cuenta lo anterior, lo que sucederá gracias a la LGE será potenciar y consolidar a Grandes Empresas de Educación, terminando por ubicar a la educación definitivamente como un área más de la economía de libre mercado siendo regulada solamente por le ley de la oferta y de la demanda.
Este escenario será difícil de revertir si las fuerzas sociales y políticas del pueblo no dejan de lado sus diferencias y logran ponerse de acuerdo para enfrentar los enemigos comunes, si no pasamos de luchar por nuestros pequeños intereses inmediatos a luchar por los grandes proyectos populares. La joven Música ya nos enseñó cortésmente que desde donde sea y como sea se debe combatir por lo que es nuestro y expresar nuestras verdades, y digo cortésmente porque lo menos que se merecen esa tropa de explotadores y sus autoridades es un escupitajo en la cara.


Por David

Albornoz, Pedro. La mala educación: llego la hora de cambiarla. 31 de mayo del 2008.
2 López Arnal, Salvador. La escuela no es una empresa ni la educación un negocio. Entrevista a Francisco Merchán Iglesias. 21 de junio2008.
3 Silva, Beatriz. El sistema educativo en Chile y las paradojas de la inclusión neoliberal. 30 de mayo 2008.
4 Cid, Omar. Las movilizaciones estudiantiles y el modelo de desalojo. 03 de julio 2008.
5 López Arnal, Salvador. La escuela no es una empresa ni la educación un negocio. Entrevista a Francisco Merchán Iglesias. 21 de junio2008.
6 Pardo Silva, Rómulo. La lucha de los estudiantes por una educación pública en Chile. 04 de julio 2008.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente